No permitas que el tiempo te presione
Hablemos del tiempo...
Ayer les compartí en Instagram una reflexión de cómo el tiempo se convierte en nuestra presión número 1 y olvidamos que todos estamos viviendo algo distinto. Sobre todo en sociedades como la nuestra, en la que se supone que tenemos una edad para salir del colegio, para entrar a la universidad, para casarnos, para tener hijos y así sucesivamente.
Hoy les confieso algo, ¡yo también me he sentido presionada!
Me sorprende cómo con los años me he vuelto más vulnerable a esta “presión”... De hecho, he extrañado a la Paloma de 17 años... ¿por qué? ¡Prepárense porque esta publicación es también un “boche” para mí misma!
A los 17 años, cuando terminaba el colegio, todos ya sabían qué estudiar, estaban iniciando sus papeleos con universidades y yo estaba tomando una decisión que a todos les daba miedo ¡MENOS A MÍ!: irme a un año de intercambio.
Recuerdo lo difícil que era explicarle al mundo que no estaba “perdiendo un año de universidad” que a mí “nadie me estaba esperando” y que yo sí quería vivir un año de intercambio. ¡Brava Paloma! Recuerdo que apliqué, escribí mis cartas e hice todo el proceso de AFS. Cuando le conté el plan a mis padres ya hasta familia de hospedaje tenía. Recuerdo cómo le dije adiós a mi familia, a mi novio, a mis amistades, a mi vida y hasta el sol de hoy el 2009-2010 sigue siendo el mejor año de mi vida.
Así regrese, un año qué pasó en un abrir y cerrar de ojos y TARANNNNN aquí nada había cambiado.
Yo sí. Yo era otra Paloma, tenía una nueva perspectiva de vida, una mentalidad un tanto europea y nueva vez ¡caí en el juego!
Al empezar la universidad y retomar mi vida comencé de nuevo a presionarme con el tiempo.
Recuerdo que a mis 23 años fui víctima de esa presión, tenía el trabajo que quería y estaba acabando la universidad; sin embargo, me sentía presionada porque mis amigas del colegio se comprometían, formaban familia y yo forever alone 😆 En ese momento tomé la decisión de recuperar a la Paloma de 17 años y nueva vez volver a Europa, en esta ocasión a hacer una maestría porque ese era ¡MI TIEMPO!
Todo un año aplicando y finalmente a los 24 me lancé a una nueva experiencia #DelParaísoAlMundo (todo el año documentado en ese hashtag) .
Ese año fue de mucho crecimiento para mí, entendía que era el momento de vivirlo, no antes, como mis compañeras de uni, no después.
¡CADA UNO DE NOSOTROS ESTÁ EN UNA ETAPA DISTINTA!
Al regresar, me enamoré y de repente la pregunta era “¿y el anillo?” ¡AY QUÉ SOCIEDAD ESTA! Nueva vez me sentí presionada, pero el tiempo me ha enseñado que ¡no era mi tiempo!
Todavía estoy aprendiendo, todavía estoy diciéndome a mí misma ¡DISFRUTA EL CAMINO! ¡Vive! ¡Constrúyete! Porque les confieso que aún peco en desesperarme.
Este año tengo GRANDES SUEÑOS y estoy disfrutando cada etapa de ellos.
A ustedes que me leen se los digo:
¡NO SE COMPAREN!
No lo hagan con los de su edad, los de su sexo, los de su curso, los de su comunidad.
NO SOMOS CONSTANTES, todos nos estamos convirtiendo cada día en alguien diferente a partir de lo que nos toca vivir.
Vivamos hoy, diseñemos nuestra vida, nuestras reglas y disfrutemos el camino.
Aprovecho para dejarles un video de cuando aprendí todo esto…